RICO PAN... ¿DE MUERTO?
Por Adriana Mújica
A la llegada de los españoles en 1519 aún se hacía un ritual en México-Tenochtitlán que consistía en que una princesa fuera ofrecida a los dioses, su corazón aún latiendo se introducía en una olla con amaranto y después quien encabezaba el rito mordía el corazón en señal de agradecimiento a un dios.
Los españoles rechazaron ese tipo de sacrificios además de otras creencias y rituales aztecas, y en su lugar elaboraban un pan de trigo en forma de corazón bañado en azúcar pintada de rojo, simulando la sangre de la doncella. Así surgió el pan de muerto. José Luis Curiel Monteagudo, en su libro "Azucarados Afanes, Dulces y Panes", comenta: "Comer muertos es para el mexicano un verdadero placer, se considera la antropofagia de pan y azúcar. El fenómeno se asimila con respeto e ironía, se desafía a la muerte, se burlan de ella comiéndola".
También hacían un ídolo de Huitzilopochtli de "alegría", al que después encajaban un pico y, a manera de sacrificio, le sacaban el corazón en forma simbólica, pues el pan de amaranto era el corazón de ídolo. Luego se repartían entre el pueblo algunos pedazos del pan para compartir la divinidad.
Se cree que de allí surgió el pan de muerto, el cual se fue modificando de distintas maneras hasta llegar al pan de muerto actual. El pan de muerto tiene un significado, el círculo que se encuentra en la parte superior es el cráneo, las canillas son los huesos y el sabor a azahar es por el recuerdo a los ya fallecidos...
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